diseñada para aplicar y difuminar productos como base, corrector, polvos, etc.
Está hecha con espuma suave, sin látex (latex-free) — lo que la hace apta incluso para pieles sensibles.
Tiene caras anguladas y una punta de precisión, lo que ayuda a adaptar su forma al contorno del rostro, mezclando de forma uniforme sin rayas.
Puede usarse con productos líquidos o en polvo, y tanto húmeda como seca, lo que la hace versátil.
Es 100 % vegana y cruelty‑free, como la mayoría de productos de e.l.f.
✅ Qué la hace buena opción
Permite un difuminado suave, parejo y sin líneas visibles, ideal para lograr un acabado “piel de porcelana”.
Gracias a su punta y sus lados angulados, alcanza zonas difíciles como alrededor de nariz, ojos o debajo de pómulos con precisión.
No absorbe tanto producto como algunas esponjas económicas, por lo que ayuda a rendir mejor la base o corrector.
Al poder usarse húmeda, el acabado tiende a ser más natural y ligero.
📌 Cómo usarla (tips)
Humedecé la esponja y exprimí el exceso de agua (si querés un acabado más natural).
Aplicá tu base o corrector en pocas cantidades — la esponja ayudará a distribuirlo bien.
Difuminá con toquecitos (no arrastres) por todo el rostro: las zonas grandes con las caras anguladas, y los detalles con la punta.
Si vas a usar polvo, podés emplearla seca. Para líquidos o cremosos, húmeda suele funcionar mejor.
Lavala con agua y jabón después de cada uso y dejala secar bien — así dura más y se mantiene limpia.











